Los productores advierten que a corto plazo puede provocar escasez de las carnes de cerdo, de pollo, huevo y leche. Piden reunión con el Gobierno.

La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) afirmó este miércoles que la menor producción de maíz es consecuencia de la restricción a las exportaciones, que el Gobierno implementa desde 2011, a esto se suma el bajo nivel de rendimiento de semillas no transgénicas. “La producción de maíz empezó a disminuir en 2011, cuando se aplicaron restricciones a las exportaciones, la caída se hizo más fuerte a partir de 2018. Desde un principio alertamos a las autoridades de turno que estas medidas en el largo plazo generarían desabastecimiento”, señala un comunicado de la CAO.
Otra de las causas es el bajo nivel de rendimiento de semillas convencionales, no transgénicas, que hace que la superficie cultivada sea cada vez menor, que la especulación aumente y el costo del maíz se incremente en el mercado interno. Ante ello, el sector productor demanda al Gobierno la liberación inmediata de eventos genéticamente modificados utilizados y aprobados en el Mercado Común del Sur (Mercosur).
“El uso de biotecnología permitirá incrementar la productividad sin aumentar la superficie cultivada, reducir los costos de producción y reducir el costo de venta del maíz amarillo duro. Tras lo expuesto se advierte que, la producción de este grano seguirá disminuyendo, porque las semillas no transgénicas, utilizadas en la actualidad tienden a desaparecer de los mercados internacionales”, advierte un comunicado de prensa.
Otra de las propuestas es que se importe de inmediato el maíz, para cubrir la escasez actual; que Emapa cumpla con la dotación de maíz en función de la cantidad aceptada y registrada de cada productor sin imponer un tope de 30 toneladas en la asignación general. La CAO informó que el 98% del maíz amarillo duro que se produce en Bolivia es para consumo animal, pero ante la falta de este insumo vital el desenlace a corto plazo puede provocar una escasez de las carnes de cerdo, de pollo, huevo y leche.
Los efectos negativos afectarán a 17.000 productores en peligro de cierre y a miles de fuentes de empleo. El impacto más grave será el golpe a la seguridad alimentaria de las familias bolivianas, en especial, a las de menores ingresos por la subida de precios de los alimentos señalados. Ante la situación delicada, el sector agropecuario pide una reunión para el jueves 14 de abril, en instalaciones de la CAO, en Santa Cruz, donde invitan a las autoridades de los ministerios de Desarrollo Rural y Desarrollo Productivo.
En datos oficiales, Bolivia produce al año un millón de toneladas métricas, de las cuales la demanda en el mercado interno supera los 1,3 millones, lo que significa que se tiene un déficit 300.000 toneladas.
Fuente: Página Siete