Bolivia, Brasil y Argentina son focos de interés, tanto por las cuestiones logísticas como por la importante producción de soya que existe
La caída en la producción en lo que va de 2022 mantiene en incertidumbre al sector agroindustrial paraguayo, debido a que solo cuentan con materia prima que aguantaría hasta el próximo mes de junio, por lo que ponen en la mira a las fuentes productivas internaciones y Bolivia está en el radar.
Desde la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales del Paraguay (Cappro) mencionaron que avanzan con la flexibilización del régimen de admisión temporaria para la importación de soya y solo aguardan la firma del decreto del Gobierno, según indicó el diario La Nación de Paraguay.
En caso de que se dé la flexibilización, señalan que se piensa en los países de la región, entre ellos Bolivia (los otros serían Brasil y Argentina) para las primeras adquisiciones de materia prima tanto por las cuestiones logísticas como por la importante producción de soja que existe.
Desde la Cappro aseguran que avanzan con el trabajo con el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) y por su intermedio con otras instituciones clave como la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), la Senave y el INTN para lograr la importación de materia prima para las industrias a fin de mantener el movimiento en el sector para que no den posibles cierres.
“Estamos expectantes y confiados en que en los próximos días el presidente de la República apruebe el decreto que permita a las industrias iniciar las gestiones con posibles proveedores de la región para poder adquirir materias primas para nuestras industrias”, expresaron desde Cappro a La Nación.
Aclararon que cualquier tipo de negociación está pendiente de la aprobación del decreto y su reglamentación para poder cerrar operaciones lo antes posible. El escenario de pérdida de cerca del 60% de la producción de soya complica más la situación de la industria aceitera paraguaya que ya viene experimentando dificultades.
Desde el sector privado alegan que la caída de la producción se da en un contexto que ya venía siendo desfavorable para el sector, incluso con buenas cosechas, ya que cerraron el 2021 como tercer año consecutivo con caída en el volumen de la molienda.
“Para buscar mejorar esta situación, que ya es estructural, estamos convencidos que es de vital importancia definir una política industrial clara que permita a las agroindustrias nacionales competir en igualdad de condiciones con las de otros países. Tener un régimen de admisión temporaria para importación de materia prima que se ajuste a las particularidades de la industria aceitera es un muy buen primer paso”, aseguran.
Fuente: El Deber