Oscar Mario Justiniano, presidente de la CAO, mencionó en la evaluación del sector de la gestión 2021 como principales enemigos del ámbito productivo a la falta de seguridad jurídica, el aumento desproporcionado del contrabando y los avasallamientos

Este lunes, ejecutivos de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), hicieron una evaluación del sector agropecuario de Santa Cruz, en la que indicaron que este año que concluye ha sido marcado por vaivenes y cambios permanentes.

Destacan los logros de las exportaciones no tradicionales, pues, después de 16 años, las exportaciones del rubro agropecuario han logrado estar por encima de los hidrocarburos, demostrando al país y a los diferentes sistemas de gobierno que el futuro de Bolivia está en la producción agrícola y pecuaria, dijo Oscar Mario Justiniano, presidente de la CAO.

En el informe se destacó que el sector agropecuario está aportando al Producto Interno Bruto nacional con un 18%, convirtiéndose en uno de los sectores más importantes para dinamizar la economía de todos los bolivianos.

Sin embargo, la CAO señala que, por tercer año consecutivo, la superficie cultivada está estancada. «No tenemos un crecimiento sostenible o sustentado en lo que es la superficie sembrada, se ha logrado un crecimiento muy breve de apenas un 1,49 % con relación a 2020, debido a las inclemencias del tiempo, especialmente la helada y la sequía», indicaron.

El mal tiempo ha afectado en un 40% los cultivos, ocasionando pérdidas de cerca del 21% de estos mismos, una baja de la producción de cerca de un 0,17 %, llegando a obtener un total de 15,9 millones de toneladas en todo el aparato productivo», añadieron.

Por su parte, la actividad pecuaria en los últimos 5 años registraron una desaceleración en su crecimiento natural, que debería tener un leve crecimiento vegetativo. Similar situación se puede observar en los rubros agrícola, lechero y porcino.

En cuanto a las proyecciones, indican que para la campaña 2021-2022 de verano, inicialmente el sector agrícola proyectó sembrar 1,5 millones de hectáreas, lo que significaba un crecimiento de un 2,6%, ya no el 1,41% con relación a la gestión 2020-2021.  A decir de Justiniano, esto demuestra prudencia por parte de los productores ante la incertidumbre que persiste en el país.

En el sector pecuario las proyecciones no sobrepasan el crecimiento vegetativo del mismo, pues factores como la crisis económica, la pandemia y la la sequía conllevan un alto riesgo para generar mayores inversiones. Esta situación  retrasa el crecimiento en tecnología y biotecnología.

«Necesitamos de forma imperiosa la utilización y la investigación de nuevos elementos biotecnológicos, tanto en soya como en la utilización de la semilla genéticamente modificadas en maíz, caña de azúcar y algodón, con el objetivo de mejorar la productividad, los costos de producción y estabilizar la demanda interna y proyectar en los mercados internacionales», dijo Justiniano.

También mencionó como principales enemigos en el ámbito productivo en esta gestión: la falta de seguridad jurídica, el aumento desproporcionado del contrabando que afectan en los empleos directos e indirectos y los avasallamientos de tierras.

“La inacción y falta de medidas severas ante hechos delictivos e ilícitos ha afectado la reactivación económica que tanto necesita el país y que tanto hemos escuchado de parte de las autoridades electas este último año”, dijo el líder de la CAO.