Las energías eólica y solar son las que hoy tienen mayor desarrollo, junto con la búsqueda de mayor eficiencia en las operaciones de upstream
La transición energética es una realidad y las empresas que se dedicaban tradicionalmente a la exploración y producción de hidrocarburos, hoy están modificando sus estructuras de negocio para contribuir al cambio de matriz energética y a los objetivos mundiales de reducción de emisiones, en el marco de las acciones para mitigar el efecto del cambio climático. Esto se traduce en una progresiva reducción de su participación en hidrocarburos fósiles, para avanzar hacia energías verdes y renovables, donde hoy destacan la eólica y la solar.
Así lo dieron a conocer las filiales bolivianas de Repsol y TotalEnergies en el foro ‘Energías Sostenibles, la transición hacia una economía de bajo carbono’, organizado por la Fundación para el Reciclaje Santa Cruz (Fundare) y donde se analizaron los avances que se están dando en diferentes ámbitos.
Estas empresas europeas de gas y petróleo, han asumido el compromiso de alcanzar 0 emisiones netas en 2050, incluyendo aquellas que generan sus clientes a través del uso de sus productos. Un desafío creciente, tomando en cuenta que, además, hoy las energías renovables constituyen el 11% del suministro energético mundial y se espera que en 2040 lleguen al 43%.
Alejandro Ponce, director del Grupo Repsol Bolivia, precisó que “estamos encaminados de forma clara y sin vuelta atrás, a un cambio de la matriz energética y es necesario que todos los negocios nos adaptemos”, siguiendo el camino de la descarbonización y en un modelo de compañía multienergética con crecimiento en energías renovables, que implica garantizar la sostenibilidad en el mediano y largo plazo.
Precisó que este proceso se da en un contexto sociopolítico, donde mitigar el cambio climático es lo más importante; con inversores que apuestan por energías renovables y una competencia entre pares, ya que todo el sector está en el mismo objetivo. Recordó que Repsol fue la primera compañía del sector que asumió el objetivo de cero emisiones netas en 2050, lo que no sólo comprende sus operaciones en todo el mundo, sino que se extiende al impacto de los productos y el uso que sus clientes hacen de ellos.
“Hoy tenemos que diversificarnos, a futuro habrá una carga tributaria para quienes no cumplan con la descarbonización”, y esto implica acelerar la transición y mantener la retribución al accionista. En el caso de Repsol, indicó que el upstream, que hoy representa el 50% de la compañía, irá disminuyendo su participación, pero también tendrá que generar los recursos para desarrollar las energías renovables.
Ponce agregó que, en este proceso, las empresas seguirán trabajando en petróleo y gas durante los próximos 15 ó 20 años, y precisó que son fundamentales en este proceso, por lo cual su producción debe ser rentable. Además, destacó que el gas natural será el combustible de la transición.