“En más de 900 colmenas perecieron millones de abejas”, sostuvo el apicultor e investigador Nilo Padilla, quien perdió más de 100 colmenas y que en 40 de ellas desarrollaba la producción de propóleo.
HIPÓTESIS
El experto planteó que los apicultores “manejan varias hipótesis de lo ocurrido”. Explicó que la fumigación con la avioneta puede justificar el envenenamiento de sus colmenas por la proximidad donde se encontraban, pero no de otras colmenas que estaban río arriba, en una extensión de casi 70 kilómetros.
Dijo que es posible que el mismo veneno pudo haber sido utilizado, pero con distintas técnicas de fumigación, en avioneta o por tierra. “Pero en otros lugares del Río Grande no percibieron avionetas, aunque el impacto fue el mismo, por ello algunos apicultores incluso se animan a pensar que una especie de nube tóxica pudo recorrer río arriba, pero no lo creo”, agregó.
“Pero de lo que sí estamos seguros es que vamos a volver a los mismo lugares, somos productores y es nuestro oficio, vamos a arrancar con nuevas colmenas que lógicamente tendríamos que traerlas de otros lugares o comprarlas”, reiteró Padilla.
SOLICITUD
El gerente de la Asociación Departamental de Apicultores de Santa Cruz (Adapicruz), Oswaldo Soruco confirmó que durante esta jornada ingresarán dos cartas al Ministerio de Medio Ambiente y Agua y al Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras en las que se está solicitando la investigación de la mortandad masiva de abejas en Río Grande y el apoyo para el desarrollo de la apicultura.
“La experiencia que hemos tenido los apicultores es la más funesta en los más de 20 años de nuestra historia con la pérdida de las colmenas por factores muy externos a nuestro trabajo con las abejas”, lamentó el apicultor. (CienciaBolivia)