Es urgente que un Gobierno no alineado, como se presupone es el de Bolivia, tome las medidas necesarias que modernicen la administración, que se cuiden los recursos nacionales en el país y que se impulse a sus emprendedores desde las lógicas actuales, que ya no son las del libre mercado puro y duro sino los del compromiso con la raíz. Arce debe acelerar la huella de su legado si quiere consolidarse en el poder, y nacionalizar la economía de verdad en este contexto parece ser ya no solo lo más necesario, sino algo ineludible.